- Impartidores de justicia que pasarán a la historia como autores de una de las pifias jurídicas mexicanas
- Hasta da risa y coraje de “la ignorancia” con que jueces pretenden chamaquear a la sociedad
El 17 de junio de 2015 el maestro retirado Rogelio Romo, dueño de una tienda de abarrotes en el estado de Michoacán, fue secuestrado por dos sujetos al salir de su tienda, durante el traslado a la casa de seguridad le cubrieron la cabeza con un suéter. Un día después por fortuna, en un descuido de uno de sus captores, Santos García Mendoza quien fue su vecino durante 20 años, la víctima logró escapar y pedir ayuda.
Cuando, después de identificar a Santos García Mendoza plenamente y a cara descubierta durante el escape de la casa de seguridad, llamó a la policía, lo acompañaron al lugar e identificó a Santos en un teléfono público y éste al verse rodeado hirió a un policía y disparó contra el coche de la Policía que tenía al maestro y a su esposa en el interior. La Policía repelió la agresión y Santos cayó muerto en lluvia de balas.
Otro de los secuestradores, cuñado de Santos, Raúl Mariano Rueda, fue detenido posteriormente ante el señalamiento de la víctima ya que lo identifica como quien lo transportó hasta la casa de seguridad.
Esta identificación plena se dio en el cambio de vehículo que suele hacerse en los casos de secuestro.
El coche que sirvió para que Raúl Mariano Rueda transportara al maestro es un Nissan Tsuru blanco, perfectamente identificado, el cual es propiedad del padre de Santos García Mendoza y suegro de Raúl Mariano Rueda.
La víctima explicó que logró la identificación de Raúl Mariano porque aunque era de noche, conoce a Raúl desde hace más de 20 años y lo vio a través del tejido de un suéter oscuro aunque luego le pusieron otra sudadera con letras blancas.
Cuatro meses después de los hechos, es decir en octubre de 2015 fue inspeccionada la casa de seguridad, sin embargo el suéter al que hizo referencia la víctima no fue encontrado (aunque sí la sudadera).
Por esta razón los jueces de Oralidad adscritos al CERESO de Uruapan, Michoacán: Alejandra Elenni Velázquez Espino (Presidenta), Martha Magali Vega Alfaro (Primera Relatora) y Cristóbal Tena Luviano (Segundo Relator) dejaron en libertad al presunto secuestrador argumentando que no tenían CERTEZA de que había sido Raúl el que participó en el secuestro.
De manera ilógica y absurda los jueces, realizan afirmaciones como que la Constitución les exige certeza, lo cual es falso, la Constitución habla de convicción.
En su artículo 20 apartado A, fracción VIII señala: “El juez sólo condenará cuando exista convicción de la culpabilidad del procesado”. Es decir, la convicción de si alguien es inocente o culpable. En este caso, la víctima reconoce plena y sin temor a equivocarse a por lo menos dos de los secuestradores ya que ambos fueron sus vecinos por más de 20 años.
Las jueces aplicando en realidad y contra la Constitución el sistema tradicional mixto, afirman que no debe haber contradicción en los dichos de una víctima. Con eso eluden las técnicas de valoración de los testimonios, la cual es precisamente una de las características del juicio oral.
Los Jueces no toman en cuenta ninguna de las circunstancias de una víctima que sufre un trauma en secuestro, similar al de los que sufren tortura o violación. No tienen capacitación en prueba circunstancial, es decir, no saben hacer valoración de prueba, ya que afirman que no debe haber valoración de indicios que en el caso llaman “conjeturas”.
La jueza dice que si la Fiscalía no encuentra el suéter no puede haber certeza de la comisión del delito, es decir postulan ahora una teoría jurídica que señala: “Que el suéter es la prueba reina en el caso”.
Los requisitos que exigen a la acusación sería el equivalente de que los jueces y jurados norteamericanos exigieran en todo caso para sentenciar a una persona por homicidio la necesidad de encontrar la pistola humeante (smoking gun). O lo que a veces se mal argumenta en México: sin cadáver no hay homicidio.
Ahora los jueces Alejandra Elenni Velázquez Espino (Presidenta), Martha Magali Vega Alfaro (Primera Relatora) y Cristóbal Tena Luviano (Segundo Relator) han inventado una nueva regla contra la Constitución: “Sin suéter no hay culpable del secuestro”.
“Pasarán a la historia como autores de una de las pifias jurídicas mexicanas”, advierte la Asociación Alto al Secuestro.
Por: Blas A. Buendía